Mario es una especie de sorpresa cotidiana. Envuelve la mirada en este mundo de turistas y transita el arte con pasión. Él es el que siempre está yendo. Acomoda sus anteojos, alza su índice y descorre el telón de todas las magias para convocar a los artistas.
El don de hacer sentir a los demás, únicos e irrepetibles fue el rasgo de su personalidad más destacado.
Compartió sus ideas desde las aulas como profesor en la U.N.L.P., fue director del coro del C.E.Y.E. y vinculado a la música fue arreglador y compositor; adaptó obras teatrales y las transformó en comedias musicales que se transmitieron en red por la televisión del sur, lugar que lo vio despedirse a su estilo; es decir, con una megamuestra donde todos los artistas tuvieron su espacio.
Mario decoró el Valle de los Reyes y Oxalá; expuso como artista plástico en distintos salones provinciales y nacionales deslumbrado por el arte pop, trabajó en el mural del Parque Cívico, soñó un monumento al inmigrante en la rotonda de 128 y Avenida del Petróleo, documentó el paso de la inmigración y de los valores culturales como pionero en la televisión, creó el logotipo de la legendaria FM Difusión de la calle Industria, a la vez que le brindaba una estética con programas como: Informe local, El puerto, Collage, Immagine D´Italia y Con la magia de la noche, entre otros.
Mario, vivió la pasión de hacer, no se detuvo ante la inercia y la indiferencia; porque llevaba muy dentro de su corazón la libertad del verdadero artista.
Parafraseaba a Andy Warhol, cuando hablaba de los quince minutos de fama y no más.
Mario nos sonríe, acomoda sus anteojos, alza por enésima vez su índice y nos repite: “estamos andando”.

Ángela Gentile